miércoles, 8 de octubre de 2014

Nadar, Gaspar Félix Tournachon

“Fotografiar es pintar con la luz”, solía decir Félix Nadar, el mayor retratista del siglo XIX, un magistral manipulador de la luz y la sombraSu nombre real era Gaspard Félix Tournachon. Nadar es el pseudónimo utilizado por este gran fotógrafo del siglo XIX.
Resulta que Nadar era un buen caricaturista, muy cotizado por sus dibujos de políticos y gentes de la alta sociedad. Un amigo le aconsejó que comprara una cámara fotográfica, con la que tomar imágenes que sirvieran de base a los dibujos. Dicho y hecho, compró la cámara y jamás se desprendió de su amor a la nueva técnica capaz de “atrapar” la luz.
Dicen por ahí que fotografiar es quedarte con un pedacito del alma de la persona a la que le tomas la intantánea, si esto es cierto, Nadar pudo presumir de tener una buena colección de trocitos de almas de los más celebres y famosos personajes del siglo XIX, entre ellos Víctor Hugo, Baudelaire, Julio Verne, Eugene Delacroix, Sarah Bernhardt y Emile Zola, posaron para él en su estudio parisiense. Nadardecía que tenía cinco mil amigos entre los artistas e intelectuales más destacados del París de mediados del siglo XIX. Aun cuando pueda tratarse de una exageración, Nadar pasó a la historia como el autor de una galería de retratos de mentes brillantes provenientes de ese montón de amigos. Lo curioso es que estas fotos fueron tomadas en un período de trabajo que no pasó de los seis años, bastante poco tiempo en medio de una vida tan exagerada y ajetreada como la suya.
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Nadar: «Charles Baudelaire» (París, 1855)
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Nadar: «Alexandre Dumas père» (París, 1855)
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Nadar: «Mijail Bakunin» (París, 1863)
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Nadar: «Sarah Bernhardt» (París, 1864)
Nunca se planteó el retrato fotográfico como una actividad con la que ganar dinero, pues mantenía unas ideas estéticas sobre cómo realizar los retratos que le alejaban de los criterios más comerciales, pero que por el contrario lo elevaban al rango artístico. En todo momento se negó a colorear los retratos, así como a practicar cualquier tipo de retoque. También renunció a la utilización de elementos de atrezzo. Nadar únicamente se sirve de la luz -modo de iluminar al modelo- y del gesto -mirada y actitud de los modelos favorecida por la relajación de los amigos fotografiados-, como elementos principales de la fotografía. En las obras de Nadar lo importante es realmente el rostro del retratado razón por la cual se prescinde de adornos supérfluos.
Entre 1855 y 1860 Nadar vivió su esplendor. Le compró a su hermano su parte del estudio y amplió sus dependencias. En la fachada puso su firma alumbrada con gas y el negocio comenzó a llenarse de ciudadanos parisinos anhelantes de ser inmortalizados por el maestro de la bohemia. Cobraba cien francospor retrato pero esta clientela burguesa lo aburría y dejó el trabajo en manos de sus asistentes.
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“El retrato que mejor me sale es el de las personas que mejor conozco”, afirmaba Nadar.
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«Las catacumbas» (París, 1861-1862)
Nadar fue el primero en tomar fotos con luz artificial y en 1866 tomó fotos de las catacumbas y las cloacas de París. También patentó su invento de tomar fotografías aéreas, que le pareció interesante al ejército. 
A Nadar se deben las primeras fotografías aéreas de la historia, realizadas en el año 1856, con una cámara fotográfica desde un globo aerostático. Esta innovación tuvo un gran interés militar. En los años 1870 fue nombrado comandante de una compañía de globos aeroestáticos para tomar fotografías de las posiciones de los prusianos que cercaban el París de la Comuna.
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La primera fotografía aérea fue tomada en 1858 por Paul Nadar desde un globo cautivo, que mandó construir llamado “El Gigante”, y que subió a unos 80 metros de altura sobre la poblacion de Val de Bièvre, una localidad cercana a Paris. Así empezó el mundo a ver una nueva dimensión más allá de los mapas, así comenzaba la historia de lo que hoy vemos en Google Maps.
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Una de sus fotografías tomadas desde un globo, de las primeras jamás captadas desde lo alto. En concreto, la toma fue captada en París, en el Campo de Marte, el 18 de Octubre de 1863.

Diez años más tarde comenzó la serie de “vistas” aéreas del barrio de la Etoile, tomada sobre una sola placa al colodión de gran formato.
Paul, sucesor en su estudio fotográfico y continuador de la obra de su padre, legó al Estado francés las 450.000 placas fotográficas tomadas con el método del colodión (sobre placas de vidrio), que le dieron la gloria de la posteridad a la labor de su padre.
Hacia finales del siglo XIX, la prensa nombró a Nadar «Decano de la fotografía francesa», reconociendo su entrega a la profesión y los numerosos aportes que le hizo: entre ellos, la aplicación de la fotografía para hacer revelaciones planimétricas y de operaciones estratégicas desde el aire, así como el uso de la luz artificial para las tomas.

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